Cercas de el mar con las olas, ya en calma.
te imagino al pie del acantilado,
con el rostro tomando el sol,
con la mirada fija en el horizonte,
sin parpadear siquiera,
esperanzada por verlo llegar.
Había zarpado desde tres días atrás,
tiempo máximo que se tardaba para volver,
¡en el momento en que baje la marea...!
¡seguro llegará!
Cuando salía en sus viajes.
tristemente lo esperabas,
todas las tardes y pensabas,
¡en el momento en que baje la marea...!
¡seguro llegará!
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Mientras yo seguiré a la espera,
de que seas feliz,
¡vida mía, si supieras!
¡cuánto te amo! sin esperanza alguna,
porque tú solamente piensas...
¡en el momento en que baje la marea...!
¡seguro llegará!
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Bienvenido, querido corazón soñador.
ResponderEliminar¡Cómo el mío!.
Esperando el amor, ahora y siempre.
Así e el verdadero amor.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar...siempre en el verdadero amor existe el acto de contínua espera, de entrega y de incondicionalidad! Uf! Saluditos Mexicanísimos Lupis!
ResponderEliminarQue gusto pasar y encontrar tu agradable comentario y saludo.
EliminarBendición desde mí corazón al tuyo.